viernes, 29 de mayo de 2020

asomar la cabeza

Aquel profesor de literatura 
que enroscó el cabezal
de una bombilla desubicada
-jovencita y peligrosa-
en un pupitre de instituto,
cansada de golpear 
su masa gris,
tanto tiempo,
contra la muchedumbre
de su ecosistema. 

Benditas galaxias
que lo adornaban. 

Malditos mundanos
apagándolo. 

jueves, 30 de abril de 2020

la guerra de las musas

Robarme mis musas,
el grito más cobarde 
de declararle la guerra 
a la poesía.

[...]

Te llevaste
lo más importante de mí:
lo único
que no pude reinventar 
tras tu marcha. 

Te fuiste y mi vida se quebró;
te fuiste,
y mi vida cobró sentido. 

Mi pena se convirtió en lucha:
los llantos en cuadros;
la rabia, 
en versos.

Tu cobardía destrozó mi universo 
y después, 
me presentó a una mujer
extraordinaria. 

Todo el olvido 
fue sencillamente,
olvido y
las pesadillas se deshicieron 
con el paso de algunas copas de vino
que me brindaba 
una mujer preciosa 
en el espejo. 

Me hiciste mejor persona
a pesar de tres años
de angustia,
poesía triste 
y espejismos. 

Una deuda
que no puede ser agradecida:

te llevaste lo mejor de la noche,
lo que no depende de mí,
lo único
que no he podido reinventar.  

Te fuiste
y mis musas
corrieron detrás de ti; 
me arrebataste 
mi único instrumento
para registrar
en la posteridad
tu gloria
y tu olvido. 

Todos mis libros 
nacerían de tu recuerdo;
llevarían tu nombre escrito
bajo cada palabra,
cada verso,
y página. 

Ahora mi voz
tiene un micrófono
que llevará el desastre
a cada rincón
en el que duermas. 

Cada esquina 
en la que respires,
y lugar
en el que habites. 


<Me robaste a mis musas
y me declaraste la guerra >

lunes, 30 de marzo de 2020

peligro, amigo

El lobo bueno siempre es el que te rescata
de las magulladuras de una manada.
Un lobo solitario, tu ángel de la guarda.

Sabes que te protege,
que es tu hogar;

 de los tuyos.


Pero siempre piensas en todos aquellos lobos;
furiosos;
desgarrando cada una de tus piezas
con sus colmillos.

Devorándote.


También sabes que ahí
reside el peligro;
es el elemento del que huir.

Si te quedas no sobrevives.

(...)

Ya lo ves:
un lobo bueno,
frente a una manada.

Cómo resistirse.

Dímelo tú.