se mece suavemente
suspendida en el aire,
colgada sobre sus propias manos por cadenas,
se mueve como un cuerpo inerte colgando
sacudida por el viento que apenas sopla
[…]
mira cómo zarandea los barrotes de la jaula:
está gritando con el pequeño hilo de voz que le queda,
quiere salir a devorar todo lo que se cruce en su camino;
[…]
se deja arrastrar por la corriente
con los ojos abiertos y escocidos,
sin respirar;
sin morir -aunque a veces quiera-
[…]
mira cómo resiste el bloqueo de su garganta:
es tu espíritu más salvaje,
que arde por ser libre
de una vez.
O le liberas
o le pega fuego a tus entrañas.