El tira y afloja del juego de niños, con su ardor en las
manos por apretar con fuerza y ganas el cordón desgastado. Esa tensión en los
nudillos y en la mente; ese "quién ganará". Y más que ganadores, quienes perderán. Cuánto
será el daño al caer al suelo. Si se curará. Si alguien te ayudará a
levantarte. Si te preguntarán cómo estás. Si tendrás ganas de revancha, con
miedo a perder de nuevo. Con miedo a que esto, más que un juego, sea la rutina
que te persigue. Tus ansias por ganar al maldito juego, algún día. O tus ganas
de que deje de existir.
Pero tu enorme miedo a cambiar de juego...